Un nuevo contemporáneo se instala, temporalmente, en el Museo del Prado. Después de otros artistas de tiempos recientes como Picasso o Zóbel, es en este caso el madrileño Juan Muñoz el que sorprende a los visitantes de la pinacoteca con una exposición en la que sus esculturas dialogan con las obras y con los grandes maestros del pasado que las rodean. Y lo hace ya desde la calle, con varias piezas muy escenográficas que invitan a adentrarse en el museo y descubrir su trabajo a tan solo unos metros de las célebres puertas que hace ya casi veinte años su mujer, la también escultora Cristina Iglesias, concibió para el Claustro de los Jerónimos. Muñoz falleció en 2001, pero su legado no ha dejado de cobrar peso desde entonces. Su desembarco en el Prado, uno de los lugares más importantes para su formación e inspiración, tiene algo de regreso a casa y de culminación para una carrera que terminó demasiado pronto, cuando solo tenía 48 años.
Juan Muñoz frente a las Meninas en el Prado: vuelve a casa el escultor que "robaba de la historia del arte todo lo que podía"
Escrito el 17/11/2025